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Desconfío de los Premios, pero el de Know Square es especial

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POST Nº 707

Allá por 2008 gané un premio. Este sitio fue elegido como el mejor blog en la IX Edición de los Premios Cibersur a las Mejores Web Andaluzas. Fue bonito pero a mí, en general, no me gustan los Premios. No es qué esté en contra de ellos —porque a nadie le amarga un dulce— aunque sí de los métodos que se usan habitualmente para concederlos. La mayoría de ellos no siguen procesos independientes, ni justos, ni transparentes. Más bien responden a caprichos y a los intereses corporativos de quienes los convocan. Se dictaminan por mecanismos opacos y la igualdad de oportunidades brilla por su ausencia. Y si son por votación popular, pesan otros factores que poco tienen que ver con la calidad.  

En aquel entonces, cuando gané ese galardón, fui elegido sin tener que hacer nada. Ni sabía que estaba nominado. Me pillaron por sorpresa con la noticia aterrizando en Londres de regreso de un accidentado viaje a la India. Pero hoy muchos premios funcionan de otra manera: el propio nominado tiene que hacerse campaña para conseguir votos y, de paso, hacer publicidad gratuita a la marca que los convoca. Son basura narcisista y puro marketing en favor de quien los organiza. A menudo, esas empresas u organizaciones usan ese sistema de selección para capturar datos de los participantes a los que obligan a registrarse para poder votar (datos que después usan para fines comerciales o promocionales). No citaré nombres de Premios que operan así, pero —como supongo que sabes— hay muchos.

El método de votación popular es terriblemente injusto y poco fiable, a menos que se  introduzcan pautas de diseño que protejan la igualdad de oportunidades (sobre esto podría extenderme, pero no cabe en este post). En el sistema de votación no ganan los mejores, sino los candidatos capaces de movilizar más «peña» a su favor, los más activos en la campaña de pedir el voto. La gente discreta, pudorosa, que está más ocupada trabajando en lo que de verdad importa, no tiene tiempo ni ganas de hacerse promoción. Yo, francamente, no me veo pidiéndole a la gente que me vote para ganar un premio. Lo más que podría hacer es compartir la noticia de que estoy nominado, pero nada más, y ya sabemos que eso no es suficiente.  

La alternativa de elección por un jurado, o sea, por «expertos», si es transparente y utiliza un baremo riguroso de valoración, me parece más fiable. Para que así sea hay que afinar los «filtros de selección» con el fin de minimizar sesgos —que siempre los habrá—  buscando una composición rica y diversa. Sé que también en los jurados hay muchas historias de amaños. A veces deciden para congraciarse con personas o instituciones a las que se les deben favores o retribuir antiguos patrocinios de cualquier tipo. Pero esto es corregible si el diseño que se sigue es el correcto. Resulta esencial que el jurado se dote de unas normas que defiendan una cultura de la independencia y del rigor. Que sus miembros se tomen la tarea en serio, que defiendan su ética colectiva, y que hagan suya esa consigna de Carmen Balcells a Isabel Allende de que: «un premio no distingue tanto a quien lo recibe como a quien lo da».

Si me lees a menudo, puede que te parezca raro que defienda tanto el sistema de jurado frente al de la votación popular, porque esto parece ir en contra de las lógicas de inteligencia colectiva que vertebran mi discurso en favor de los procesos participativos. Esto merece una explicación.

En el capítulo 7 de mi libro —que dedico íntegramente al falso dilema de «expertos vs. multitudes»— explico cuándo conviene adoptar un enfoque más que otro, y por qué es tan importante el diseño de un buen «mecanismo de agregación» para que el resultado (y el proceso) sean realmente inteligentes. En un Premio de libros, si quieres curar entre decenas de títulos, y tu objetivo es destacar su «calidad» más que su «popularidad», vas a necesitar a un grupo informado de opinadores que —además de que tenga una composición equilibrada— esté dispuesto a organizarse bien para repartirse la tarea de leerse los libros y de implicarse en un laborioso proceso de selección. De hecho, un jurado numeroso y bien elegido también es una forma de «inteligencia colectiva» si se adopta un diseño de la participación adecuado. Lo explico en este post cuando hablo de las multitudes selectas como método de inteligencia colectiva.    

Hasta aquí he querido compartir algunas ideas sobre cómo se organizan los Premios —y lo poco que me gustan tal como se diseñan hoy— que tenía en barbecho para convertir en un post algún día. Y ese día llegó porque resulta que este jueves 1 de junio participé en el acto de entrega de los Premios Know Square, que convoca cada año la organización homónima. Mi libro fue elegido como finalista, entre los «diez mejores libros de empresa de 2023», así que asistí a la Feria del Libro de Madrid, donde se hizo el evento.

Cuando me enteré de que mi ensayo había sido elegido entre los diez finalistas, mi primera reacción fue desconfiar. No porque pensara que no lo merece (estoy más que convencido de su calidad), sino porque activé todas las dudas que comenté antes sobre cómo se gestionan los Premios, así que me puse a investigar antes de otorgarle crédito. Y a medida que fui profundizando, más contento me puse de que mi ensayo estuviera entre los elegidos. Cuento ahora por qué.    

Know Square (KS) organiza cada año los Premios que llevan su nombre. KS se define como «una red de conocimiento cuya finalidad es compartir conocimiento y experiencia relevante para el desarrollo del profesional y la mejora de la gestión empresarial». Y estos premios son un pretexto para visibilizar libros que sirven «como palanca de transformación de las personas, la empresa y los países». Hoy el premio, que ya va por su XII edición, dispone del reconocimiento público de más de una década de trayectoria, que cuenta con más de un centenar de libros finalistas y cerca de un millar de libros evaluados.

¿Y cómo funciona? Las editoriales y personas que forman parte de la red de KS proponen más de un centenar de títulos cada año y, tras un laborioso proceso de cribado y evaluación por múltiples parámetros, acaban eligiendo los 10 libros finalistas, que son la recomendación de lecturas del año que realiza el Jurado del Premio. Después profundizan en la lectura de los títulos finalistas para seleccionar al ganador.

El trabajo del Jurado en cada edición se hace durante ocho largos meses —de octubre a mayo— en tres fases sucesivas. Si quieres conocer más sobre el procedimiento, puedes consultar la rigurosa metodología de selección que siguen. Utilizan ocho «criterios de evaluación» para cada libro nominado: Oportunidad, Nuevo conocimiento, Aplicabilidad, Trascendencia, Innovación (originalidad), Espíritu humanista, Time for Value y Valoración Global.

Estos fueron los diez finalistas de este año:

  • Liberalismo y sus desencantos (Francis Fukuyama, Deusto)
  • El gran sueño de China. Tecno-Socialismo y capitalismo de estado (Claudio F. Gonzalez, Tecnos)
  • El libro de la Inteligencia colectiva (Amalio A. Rey, Almuzara)
  • El poder del arrepentimiento (Daniel Pink, Alienta Editorial – Planeta de Libros)
  • Céntrate (Deep Work) (Carl Newport, Península – Planeta de Libros)
  • Una breve historia de la igualdad (Thomas Piketty, Deusto – Grupo Planeta)
  • Lifelong learning (Pablo Rivas, ESIC Editorial)
  • El mundo está en venta (Javier Blas y Jack Farchy, Península)
  • Piénsalo otra vez (Adam Grant, Deusto)
  • Foodtech (Beatriz Romanos Hernando, LID Editorial)

Aquí puedes ver las caratulas de todos los libros presentados, que fueron más de un centenar. El ganador final del Premio fue «El gran sueño de China. Tecno-Socialismo y capitalismo de estado», de Claudio F González (Tecnos). Y estos son los once títulos ganadores en las ediciones anteriores, por si quieres echarle un vistazo.

Vale, no voy a negar que es fácil sesgarse a favor de un Premio si eres uno de los ganadores. Es inevitable que eso ponga en riesgo tu neutralidad. Pero permíteme añadir cuatro argumentos —fáciles de comprobar— de por qué pienso que los Premios Know Square son tan buenos:

  1. La visión humanista de lo que el jurado entiende por un «Libro de Empresa». A mí me sorprendió mucho ver esos títulos —incluido el mío, el de China y otros— destacando en esa categoría. Siento que es un gran acierto ampliar el ancho de banda del tipo de temas que recomendamos leer a las personas de empresa.   
  2. La diversidad ideológica de los libros finalistas. Solo hay que revisar el listado para comprobarlo. Ver el ensayo de Piketty junto con el de Fukuyama o el mío, da una idea del espacio inclusivo, solo inspirado por la curiosidad lectora, que mueve al proyecto.
  3. Un jurado amplio formado por 48 profesionales, que leyeron los libros entre los 103 presentados.
  4. El rigor del procedimiento de selección, con una metodología exhaustiva para garantizar calidad e independencia.

El evento de presentación de los Premios fue co-organizado por Know Square con la Fundación Foro de Foros, un «foro de pensamiento, debate y aprendizaje intergeneracional», que tiene como principal objetivo «dotar de conocimiento a la sociedad civil siendo puente para el diálogo». Aquí un vídeo que cuenta cómo funciona la Fundación.

Presentó el acto María José Gómez Yubero, con muchísima soltura y encanto. Me gustó ver a Jaime Estévez, de Agora News, subiéndose al atril con una generosa bolsa en la que llevaba la ristra de libros en formato físico, mostrando uno a uno mientras explicaba por qué fueron seleccionados.  Juan Fernández-Aceytuno, presidente de KS, condujo una conversación maravillosa con Antonio Garrigues Walker, el premiado de este año por su «Trayectoria Divulgativa Ejemplar». La gracia y brevedad de las respuestas de Garrigues (destacaría también la elegancia de sus silencios), y la sofisticada sencillez con la que Juan llevó la entrevista, hizo de ese dialogo un momento memorable, que se pasó volando y nos dejó con ganas de más.

Puedes ver el vídeo en YouTube de la grabación en streaming que se hizo de todo el acto. Gracias, Know Square y Fundación Foro de Foros por el trabajazo que habéis hecho, y por la visibilidad que disteis a nuestros libros. También por invitarme a participar como conversador en la mesa del acto.  

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La entrada <strong>Desconfío de los Premios, pero el de Know Square es especial</strong> se publicó primero en Amalio Rey | Blog de innovación con una mirada humanista.


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